lunes, 24 de abril de 2017

por favor... ya no.

Quiero que el poco viento que pasea por ésta ciudad 
se lleve consigo los malos olores 
aquellos malos recuerdos
que en efecto, provienen de los buenos. 

¿Es mucho pedir que el poco viento que pasea por ésta ciudad se lleve todo?
Pues, quiero dejar de pensar,
y no puedo.

Quiero que todos los pensamientos se alejen,
que el tiempo pase y se lleve todo consigo,
pero, el tiempo pasa,
y todo queda
en mi cabeza
dando vueltas una y otra vez...
Y una y otra vez veo a personas muertas a mi alrededor. 

Cierro mis ojos, y los veo a todos allí
mirándome.
Observando cómo me arrastro por el suelo buscando una salida... 
cavando
buscando -incluso- un escape bajo tierra.

Cierro mis ojos
y están todos allí
riéndose de mí
porque a ustedes se les hace fácil...

A ustedes, a quienes elegí acompañar, proteger, a quienes... Perdí.
¿O quienes me perdieron?
¿O ambas?

...
¡No es justo!

¿Por qué a los demás se les hace tan fácil dejar ir las cosas? 
¿Por qué a nadie le afecta más que a mí?

¿Por qué estoy sola en éste suelo tan frío? 
¿Por qué me veo llena de barro,
 con los ojos rojos, los brazos, piernas y manos raspadas, y las uñas sangrando?
...
Y ellos se ríen, y sonríen, y corren, y hacen todas esas cosas...
Y hablan, y pasean, y hacen ver como si todo fuese fácil...
¡Y no lo es!
No para mí.
¿Por qué no para mí?

Yo... Ya no sé si quiero mi vida de vuelta. 
Porque ya no sé qué vida es la que quiero de regreso.

¿Cuál?

Si ya todo he perdido... 

¿Lo peor? Es que tengo demasiados recuerdos en ésta máquina en la que escribo. 
No paro de ver fotos, y vídeos, y capturas.
Y cuando estoy exhausta, apago todo por una semana
pero no hay escapatoria, la mente aún no la he podido apagar,
 aún no...
¡Y cómo quisiera! 
Cómo quisiera no tener que voltear mi almohada a las 4am porque... Y cómo quisiera no despertar con los párpados hinchados y las mejillas enrojecidas.
Yo...
Simplemente quisiera cerrar mis ojos y no ver a nadie burlándose de mi dolor,
no ver a nadie...
ya no quiero soñar con personas que no están,
con ángeles que ya no son...
por favor, por favor, ya no,
demasiadas pérdidas ambiguas,
¡maldición!

Antes mis pesadillas eran con demonios. 
Esas criaturas que recorrían las paredes de mi habitación y envolvían las paredes en sombras
y entonces, finalmente me llevaban hacia un lugar horrible
donde nada veía
donde sentía la muerte
tan fresca...
tan nada...

Quisiera volver a esas pesadillas; que ahora consideraría sueños hermosos. Una muerte fresca.
Pero que, en vez de despertar con la parálisis del sueño
            simplemente
                                     no
                                                despertar.


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