Quieres enjuagar tu boca con la mía, intentando eliminar aquellas horrendas palabras que salieron para mí y sólo para mí.
Te beso, y...
¿Todo está olvidado?
No, cariño, no lo está, no te disculpo por besarme, y no te disculpo por nada.
Estamos bien, porque aunque así no debería ser, prefiero estar bien a odiarte
porque ya ni eso mereces,
odiarte sería amarte con dolor
y no lo mereces, no lo mereces pero está bien
porque estamos bien, ¿no es así?
Pero no te confundas, no te quieras acercar demasiado a mí.
No te quieras liberar sólo porque te beso, o porque te digo te quiero... Porque te quiero.
Pero, cariño
eres
sólo
uno
más.
No sé si me explico.
Sí, claro que me explico, porque sabes a lo que me refiero.
Tú eres uno más, y yo cada vez soy un poquito menos.Era yo, era mía sin ti. Ahora, ¿qué queda para mí, si no son cenizas de sentires?
Ni el cigarrillo ni las tantas pastillas me habían destruido tanto.
Pero, gracias.
Ahora no siento nada...
Ni el calor de la taza de te
ni el frío si no me arropo en la noche
ya ni siquiera saboreo la nicotina, o menta, o la uva de aquellos cigarrillos.
Que me abrazas, claro, pero ya no me proteges.
Que me tocas, así es, pero ya tus manos no producen la misma sensación en mi piel.
Que me quieres... pero yo ya no te quiero querer.
Ahora nada me queda de mí, y de tí, sólo la duda de quién eres, y el miedo a quién puedes llegar a ser.
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