domingo, 9 de octubre de 2016

Alterando el sistema nervioso central.


Lo intento... 
Juro que intento mantener el control.
La felicidad me toma siempre por sorpresa, y de pronto se va; y queda una especie de sombra.

Pero díganme ¿Quién puede sobrevivir, sonreír a base de sombras? Porque yo realmente no...
Y por más que lo desee; por más en linea recta que vaya, siempre habrá un momento en el cual, si no siento que me sostienes, caeré.

Momentos de inestabilidad
Me haces falta
¿Dónde diablos estás?
No te caigas...
No te apoyes en mí, te necesito, nos necesito.
¿Por qué no puedes levantarte?
¡Deja de jalarme!

Y caí.

Y tú te enfadas, y me reprochas, y yo simplemente me muerdo la lengua cuando realmente quiero gritarte un  "¿En dónde demonios estás? Te necesito; ¿por qué no me estás abrazando?"
Es que me hace falta, incluso, observar tu rabia; la manera en la cual haces tus ademanes y las muecas con tus labios; y no, ni eso me das. 

Te extraño tanto...
A ti te hace daño verme, y a mí no hacerlo...

Y disculpa, no mal entiendas, no fue por ti que caí; fue por mí; fue por mi falta de ti. Esas sombras no me bastan, y necesito algo más; sentir algo más que tus palabras. Así que caí; y se sintió igual o peor que recordar tu ausencia.

Yo intento mantener el control, pero quiero hacer tantas cosas, y no estás aquí para acompañarme...
Lo siento, seguiré autodestruyéndome en mi habitación, no me reproches, no puedes. Pues yo entiendo que no estés, así que entiende que necesito no estar consciente de tu ausencia.

[Las sombras que me dejaste me hieren, me sonríen y me hieren.]

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