domingo, 21 de agosto de 2016

El tiempo y tu pronta ausencia.

Reinará el silencio cuando te marches...
A las calles las veré completamente vacías, aunque estén repleta de gente.

¿Cómo te hago entender lo mucho que te voy a extrañar?
Demonios, ¿Con quién beberé café mientras fumo?
No quiero que nadie me toque si no eres tú, por favor, haz que éste tiempo sin ti no sea tan doloroso, que no sea tan largo. Por favor, envíame algunas lunas de mandarina para recordarte y sentirte cerca. No lo sé.
Si estar todo el día y toda la noche contigo no me parece suficiente, imagina cómo percibo tu ausencia... Agonía para mí.
Le temo al pasar de los días, de por sí siempre me he visto afectada por el tiempo, nunca me alcanza para nada, nunca estoy a tiempo. Antes era odio, ahora siento miedo. Le tengo miedo al tiempo, porque es lo que te aleja de mí por ahora, aunque sea lo mismo que traerá devuelta luego de tu partida.
Pero, amor, por ahora, es quien te aparte de mí y lo odio, lo odio, lo odio, temo que no me alcance el tiempo para hacerte saber que eres el único que quiero conmigo, tengo miedo de que no vuelvas, tengo miedo de que vuelvas pero no siendo el mismo, no con los mismos pensamientos de querer estar conmigo.
¿Es que no entiendes lo aterrada que estoy?

Adoro cuando me dices una y otra y otra vez que estoy hermosa. Sobre todo cuando sé que no lo estoy.
Me encanta escuchar cuánto te gusto. Me enamora que te gusten cosas de mí que ni siquiera yo soporto.
Simplemente quisiera que me encantase al natural, sin apuros, sin prisa.
Quisiera no tener un calendario mental contando los días que te quedan conmigo, sino en cambio, un calendario con los días que nos sobran. Quisiera abrazarte y saber que te puedo soltar sin problema, por un par de segundos, porque tengo muchos más pendientes junto a ti...

Pero ya que no es así, te lo debo decir: Adoro adorarte, y espero seguir haciéndolo. Y a pesar de lo aterrada que estoy, quiero tener fe. Por ti, para estar junto a ti.

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