En ésta ciudad tan lejos de nuestro lugar.
Y se me hizo increíblemente extraño encontrarme contigo, tan extraño que me lo creí.
Me creí totalmente el sueño.
Me creí que al tropezarnos, nos quedamos mirando fijamente.
Y lo creí porque en nuestras miradas no habían recuerdos ni nada parecido, había consternación.
¿Cómo? ¿Cómo tan lejos...? ¿Por qué precisamente contigo?
Y al punto y final de nuestras miradas, terminamos abrazados, justo por tanta confusión del suceso.
Y entonces, en el abrazo...
Allí sí.
En el abrazo se encontraron todos los recuerdos que habíamos encerrado entre nuestros párpados.
Cerramos los ojos y apretamos los puños.
Y no recuerdo más
porque no necesito ni quiero recordar más.
Y ayer me enteré que estás por acá.
Que estás -quizás- cerca...
Pero no quiero saber si muy o si nada,
porque no sabría qué hacer con eso.
Así que nada,
sólo espero estés excelente.
Y que mi sueño no se haga realidad.